Homeopatía y explotación animal

Por alguna extraña razón, algunas personas creen que los veterinarios homeópatas son pro-derechos animales. Puede que se encuentre alguna excepción, de hecho, se conoce alguna, pero lo cierto es que una gran cantidad de veterinarios quieren especializarse en homeopatía para responder a las exigencias del mercado de carne y productos animales orgánicos. Esto es porque con prescripciones homeopáticas, se pueden tratar enfermedades sin administrar, por ejemplo, antibióticos.

En algunos casos se llega a algunos planteamientos sorprendentes.
Es el caso del veterinario homeópata argentino Horacio de Medio. En su libro Introducción a la Veterinaria Homeopática, cita al padre de la homeopatía, Hahnemann, cuando dice que: "En el estado de salud del hombre, la energía vital... mantiene todas las partes del organismo... en una armoniosa actividad... para alcanzar los más altos fines de su existencia". De Medio trata con homeopatía -o al menos eso se supone-, a perros y gatos y otros animales no humanos que son tratables con esta medicina justamente por su grado de conciencia y sensiblidad. Si tuviéramos por animales compañeros a los cerdos o a las vacas, seguramente De Medio trataría a miembros de estas especies como a individuos. Pero lo que él dice es que no hay altos fines en ausencia de libertad (?) y "...Más aún si se trata de animales de producción, donde su valor es directamente proporcional a la renta que brinda a su amo. Este beneficio -real o potencial- es el que justifica la relación de convivencia y pertenencia de los animales a su dueño, y el hombre-propietario, también lo es del destino final de sus animales. El afecto, placer o compañía, que predominan en la relación con las mascotas, quedan como valores subordinados a la idea de utilidad-ganancia."
Luego de lo cual De Medio enumera la diferencia entre los objetivos terapeúticos a lograr según se trate de "poblaciones productivas" o "animales de compañía", los cuales sí podrían considerarse como individuos. O sea que él maneja dos tipos distintos de homeopatía según el objetivo del dueño del animal, independientemente del paciente.

Este pensamiento no podría ser mejor ejemplo de antropocentrismo y egoísmo de especie.
Pero nadie dijo que la homeopatía no pueda ejercerse por parte de los sospechosos de siempre: los paladines del bienestar animal.