Sostener que los animales “necesitan derechos” implica que antes no los tenían, y que por lo tanto tendrá que venir el hombre, ser sobrenatural, a conceder una condición extraordinaria como acto de su divina magnificencia.
No, la libertad es una facultad natural que ya tienen los animales por el sólo hecho de ser. Que el humano sea quien atropelle esa cualidad con violencia sobre las especies y que lo pueda dejar de hacer, quiere decir que puede volver al estado original de la naturaleza en donde la propiedad de otros seres como medios al servicio de otros, no existía.
Para desafiar la posesión de los no humanos, se necesita un cambio profundo en la relación que hoy mantenemos con ellos, paso que no darán los que los utilizan como recursos. El veganismo es la base de cualquier defensor al implicar un compromiso individual y social que disuelve las cadenas definitivamente. Pero su motor no es un "modelo de vida", sino un modelo de relación donde no existe la instrumentalidad que hoy las leyes demarcan para posibilitar su explotación.